La visita al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York es una de las obligaciones de cualquier amante al arte que llega a la ciudad. Inaugurado en 1872, es uno de los museos más importantes del mundo, que alberga más 2 millones de obras de arte y por el que pasan al año más de 6 millones de personas.
Sin embargo, el Museo Metropolitano se enfrenta en estos días a una acusación por estafa de parte de algunos usuarios que consideran que no queda suficientemente claro que el precio de la entrada puesto por el museo es una recomendación y no una obligación. Por eso, muchos visitantes pagan la entrada de $25 de adulto, algunos sin saber que es una contribución voluntaria y otros que aun sabiéndolo, no lo cuestionan y pagan el total del importe. En el boleto de entrada al museo figuran los precios según edades, y en letra pequeña "Recommended", algo que algunos visitantes no prestan atención o no alcanzan a ver. Si a esto se le suma que nadie en taquilla le advierte que ese pago es voluntario y que, aunque debe pagar algo -puede ser un sólo centavo- no es obligatorio pagar todo el precio de la entrada, el enfado de algunos usuarios les lleva hasta el punto de la demanda.
La política del museo de que los visitantes paguen algo por entrar al museo lleva vigente desde 1970. Pero según un ex empleado del Museo, en los últimos años el término "precio sugerido" cambió a "precio recomendado", un hecho que considera se hizo para forzar a los visitantes a pagar. Además el ex empleado del Museo, que declarará como testigo para los demandantes, alega que fueron entrenados para que los visitantes pagaran todo el importe de la entrada. Sin embargo, la dirección del Museo desmiente las palabras del ex empleado y afirma que el cambio del término de "sugerido" a "recomendado" se realizó para que quedara más claro que no era obligatorio. Según el Museo, el pasado año el 41% de los visitantes pagaron el precio íntegro sugerido de la entrada.
Las entradas del Museo Metropolitano no es su fuente de financiación: el año pasado, sólo el 11% de los presupuestos del Museo fueron sufragados con la recaudación de las entradas. Como organización sin ánimo de lucro, el Museo goza de exención fiscal.
